Ficciones con soundtrack 08 – Sinfonía del hombre simultáneo

Introitus (La entrada): En efecto, cuando llegaste, la habitación era otra, la mujer era otra, los tiempos de las tardes peregrinas también eran otros. Pero al final la sinfonía, ¡Oh sorpresa!, seguía siendo la misma para ti. El día comenzaba igual. Una sinfonía que llegaba de manera simultánea a la vida para alterar lo que sentías. Y saliste de ahí pensando en los últimos caminos de la verdad que cualquiera transita. Me sorprendo de cómo es el corazón humano de raro que, aun después de pasar por (aparentemente) las mismas añoranzas o adversidades, funciona éste de forma tan distinta ante cada una. La habitación, la mujer y los tiempos incluidos en una reminiscencia editada, ¿No es cierto? Yo soy la definición del hombre simultáneo. Soy el que desde hace tiempo te buscaba, pero en realidad fuiste tú el que llegaste a mí en busca de una especie de eternidad. “Yeah, I'm fan of chaos”.

Allegro (Pero no demasiado): Aquí es negro todo lo que antes era azul. Buscar casa, conseguir tarjeta de crédito, un refrigerador, lavadora, ropa deportiva, un auto, un perro... Puedo contarte que un tipo que ya estaba loco, al poco rato de estar aquí, se dio tiempo para reflexionar acerca de que el tiempo no lo hace más loco; solo lo hace más viejo. Ahora mismo te atiendo y comenzamos el viaje, camarada.

Recuerdo que aquella mañana le pregunté a Peregrina si pensaba que había lugar para los viejos locos en este mundo, ella me respondió que había un lugar para todos.

–Más bien el loco eres tú –dijo ella.

–No, más bien yo soy el que anda cuerdo pero siempre me junto con gente que está loca– dije yo.

–Bueno, es que así es como uno encuentra también las aventuras

–No, más bien yo soy el hombre simultáneo

– ¿Y qué es eso? 

El tiempo de las tardes peregrinas que me sirvieron para aprender que el propósito de lo desmedido es la clase y el prestigio. Entre más se pueda hacer algo desmedido, algo fuera de los parámetros de la cordura y que salgas inmune de las consecuencias de responsabilidad, eso es lo que da prestigio. Agrégale a eso que para demostrarlo debes conservar las pruebas y una de las más utilizadas al día de hoy es la imagen. El sentido de la vista expuesto a la más alta sofisticación. Para cuando me doy cuenta de que esto ha llegado al grado de la enfermedad, ya es incorruptible.

– No sé, ¿Y si me la chupas en el balcón, Peregrina?

– Esta bien, y me tomas una foto para instagram; pero no me pongas las manos en la cabeza ¡eh! Que eso me molesta.

Scherzo (la broma detallada): To, to, to, todo puede llegar a ser tomado por literal. El temporal de una mañana lluviosa de un domingo hasta llegar a una noche tibia de un febrero entre su cuerpo. Detrás de las ventanas se ven personas reconociéndose por la bondad que ejercen. Hace falta más que una fuerte lluvia para lavar el sentido del gusto. Tru, tru, tru truena un trueno y la tormenta se escucha cerca. Solo necesito de un poco de aliento para resistir este vendaval. Y lo encontraba de nuevo entre los contornos de la piel y los vacíos de conmoción de Peregrina. Un placer que no era más que la vibración del universo provocando un eco salvaje del pulso que mi cuerpo emitía en ese momento erigido como perfecto. Ho, ho, ho, hoy no deja de ser uno de esos días extraños en el que el terror es cultivado para cosecharlo en el futuro. Toda acción tiene un juez de reacción. Ti, ti, ti, tiempos de auroras que se cuelan desde una habitación. Tiempos de tardes pe, pe, Peregrinas. Al final no queda aliento para algo más que este invierno de un viaje atemporal.

Sequentia (Continuación): En las mentiras, la realidad cuenta su realidad y este hombre simultáneo la interpreta avanzando a lo largo de sus caminos plagados de sacudidas y ¡Oh sorpresa!, la mísma sinfonía. En las mentiras, ahí esta su razón. Su máquina del tiempo que me trajo hasta aquí con los garbos y designios de su elocuencia que no eran para nada atractivas, pero eran verdad. En efecto: he conocido a la gente que me ha dicho en todo lo que debo ser mejor.

“Toma el dinero del trabajo que te has conseguido y compra algo para trabajar. Recuerda hablarles de usted a los extranjeros para que te suelten buenas propinas. Las mentiras usan minifaldas, las verdades aunque las usen tienen el culo plano”

–Yo no tuve que hacer eso. Porque la familia que me apadrinó sabe que soy como la hija que no tuvieron –dijo Peregrina –Mi prestigio consiste en darme el lujo de darte, de nuevo, una oportunidad. Yo te voy a dar las partituras de una sinfonía y tú las interpretarás a como el cielo y el infierno te den a entender.

Así es cómo se fue desfragmentado el sentido. El hombre simultáneo me ha dicho que el camino que todos siguen aquí tiene un lema muy conocido: C'est la vie. En esta temporada estoy aprendiendo además a lanzar líneas que se escriben para ojos que pasan de mi. Para ojos muertos. Y conduciendo a través de esas palabras hasta encontrar las que bien debí haber dicho. Yo sabía que estaba equivocado, pero ya es muy tarde para estar arrepentido.

Adagio (Fuera de algunas minucias): Todos defienden su idea de sociedad. Excepto yo, que soy el hombre simultáneo, porque no necesito idealizar quien puede venir a mi. Todos llegan en su momento. Duermo mis horas completas y despierto fresco cada mañana. Cuando estan frente a mí, basta con presentarme como ahora lo hago contigo y enseguida comenzamos con el paseo. Te notifico que tampoco hay horario de entradas y salidas, sino solo órdenes inusuales. Pero antes hagamos un brindis: Por el contacto con aquellas tinieblas que, en algunos tiempos, cubrían a una multitud de hombres. Solo en algo si te voy a ayudar: yo no voy a dejar que vean el miedo en tus ojos cuando se vayan acercando a ti; ya es una ventaja, no digas que no.

Recitative (Han concluido durante un tiempo los recuerdos): ¿Confías en ti mismo caminando a través de todo este tiempo que has perdido? Mantenme informado. El sentido haciéndose pedazos. Ya no hay mucho que contar. Y si lo hay, hay muy pocas formas de contarlo. Pienso que la única que todavía me parece pertinente es la de una ficción propia. De hecho la ficción parece ser capaz de soportarlo todo. Incluso en los estados más extremos del cuerpo y los pensamientos. Me sorprendo de cómo es el corazón humano de raro que, aun después de pasar por (aparentemente) las mismas añoranzas o adversidades, funciona éste de forma tan distinta ante cada una. Cuando en el espacio dónde solías anidar sueños estando vivo, cuelguen solo los vacíos de una cuenca estando muerto. Mi forma lenta de regresar a casa de Peregrina en busca de sus manos llenas de placer y sus contornos y sus vacíos de conmoción; dónde antes escuché la sinfonía que me conmovió y que solo me puso a reflexionar, pero no me dejó contento, porque siempre su música es también la preferida del hombre simultáneo. ¡Oh sorpresa! ¡Oh placer! Un placer que no era más que la vibración del universo provocando un eco salvaje del pulso que mi cuerpo emitía en ese momento.

En efecto, la habitación es otra, la mujer puede ser otra, los tiempos de las tardes peregrinas; pero la sinfonía seguirá siendo la misma. Soy el que desde hace tiempo te buscaba, pero en realidad fuiste tú el que llegaste a mí en busca de una especie de eternidad. Yo soy el hombre simultáneo. “Yeah, I'm fan of chaos”